Después de que el hombre le falló a Dios, su deseo fue el de hacer un nuevo acuerdo, un nuevo pacto entre Él mismo y el hombre. Donde el hombre pudiera conocer y experimentar la gran generosidad de la bondad de nuestro Dios. Un nuevo y renovado pacto, donde tendría un nuevo comienzo. Y esa promesa, aún está abierta para nosotros.